Las empresas familiares que continúan y trascienden son producto del trabajo y entrega de familias exitosas.

Dirigir una empresa es un compromiso que conlleva aceptar obligaciones y afrontar diversos retos ligados a los rápidos cambios que surgen gracias a los fenómenos de globalización o el cambio climático; así como cumplir con las crecientes expectativas de los clientes, empleados, accionistas y de la sociedad en general.

Pero el desafío se agranda dentro de una empresa familiar debido a que sumándose a los retos anteriores, en este tipo de organismos conviven dos sistemas en tensión permanente que son: la familia y el negocio.

ORGANIZACIONES EXITOSAS

Para lograr que la organización sea exitosa es importante esclarecer los objetivos y la responsabilidad que le corresponde a cada integrante de la misma. Teniendo en cuenta que las causas más comunes por las que desaparecen las empresas familiares pueden ser: confusión de roles, la superposición de funciones, falta de profesionalismo, conflictos de interés y una sucesión fracasada.

Es imprescindible evitarlas, desarrollando una estructura que ponga orden en la empresa con la finalidad de preservar el equilibrio entre el desarrollo del negocio y el de la familia.

Además de encuadrar las relaciones familiares en una gestión ordenada, pero lo más importante, asegurar que todos los integrantes de la empresa compartan la visión y estén encaminados a cumplir el legado familiar y los objetivos que se desean alcanzar, entendiendo que son un equipo y que el éxito dependerá del compromiso y responsabilidad que adquiere cada quien.

Exito en las empresas

Para potenciar las cualidades de cada integrante y proteger los intereses en común es importante tener en consideración los siguientes puntos:

  • Tener como familia una visión compartida sobre el futuro de la empresa; es vital desarrollar un enfoque con valores en el que todos los integrantes participen y no se desvíen del cumplimiento de las metas y objetivos. 
  • Respetar mutuamente el talento y las habilidades de cada integrante, entre generaciones y vínculo familiar. Si no se tiene respeto mutuo, no se puede estar en el mismo negocio. 
  • Tener confianza y saber que puedes depender de otros integrantes de la familia, y que ellos pueden depender de ti.
  • Nunca olvidar que las familias que hacen negocios juntas destacan por su unidad. Pero es esencial el respeto por la privacidad del otro como individuo, así como la privacidad de cada unidad familiar dentro de la familia extensa. 
  • Definir claramente las funciones, deberes y derechos de cada integrante, estableciendo fronteras entre la familia y el negocio para evitar conflictos. 
  • Saber de qué forma transmitir los conocimientos, procesos y principios de la organización a las nuevas generaciones.
  • Tener claro que en algún momento de la vida del fundador debe haber un proceso claro y transparente de la sucesión.
  • Incorporar un consejero independiente dentro de la organización puede ayudar y ofrecer soluciones a problemáticas que se presenten dentro de la misma. Ofreciendo puntos de vista objetivos y libres de interés personal. 

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Las familias tienen toda la capacidad y cuentan con un potencial para alcanzar y mantener el éxito a largo plazo mayor de lo que se cree. 

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