Cualquier empresa, sea familiar o no, está expuesta a situaciones o eventos inesperados que afectan la gestión de la empresa. Debido a esto, los directivos deben ser conscientes y evitar la falta de previsión en las empresas familiares ante tales situaciones para poder solventarlas.
Un claro ejemplo de estas situaciones es la crisis que enfrentamos debido a la pandemia provocada por el COVID-19, su evolución y propagación. Ante la cual es necesario establecer medidas preventivas. Y encontrar la forma de continuar la operación, manteniendo la seguridad y salud de los empleados, así como la confianza de clientes e inversores.
Por lo tanto, es necesario que la Empresa Familiar pueda reaccionar adecuadamente. Estableciendo las políticas de previsión necesarias para evitar que la estabilidad familiar y la continuidad de la empresa se vean afectadas y no acudir a la improvisación.
Falta de previsión ante situaciones inesperadas
Las situaciones posibles incluyen:
- Catástrofes naturales (como incendios, terremotos, inundaciones, tsunamis etc.), Incidentes de carácter regional, nacional o internacional
- Crisis sanitarias como pandemias
- Crisis económicas
- Fallecimiento inesperado de colaboradores o directivos
- Ausencia prolongada de algún empleado o directivo
- Incapacidad por motivo de enfermedad o accidente
Este tipo de situaciones pueden provocar un bloqueo o paralización de la gestión de la empresa. Derivando en contratiempos para la actividad ordinaria del negocio, o un posible efecto negativo en la imagen y prestigio de la empresa frente a terceros.
Planes de Continuidad y Contingencia
Por esa razón y para que la empresa no se vea afectada por este tipo de imprevistos, es imprescindible implementar planes de coninuidad y contingencia para establecer las normas de funcionamiento y los lineamientos que se han de seguir dentro de la empresa en tales circunstancias.
El Plan de Continuidad debe enfocarse en asegurar la continuidad del negocio ante un incidente inesperado y el Plan de Contingencia tiene como objetivo anticiparse a posibles situaciones de riesgos, de manera que si estas llegan a producirse, el impacto negativo sea el menor posible.
Los directores en las Empresas Familiares no solamente deben ver el corto plazo, deben pensar y planear el mediano y largo plazo. Cuando se piensa en estos términos, se están fijando las bases para la subsistencia, crecimiento y desarrollo de la empresa.
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Para lograr esto, es importante también la planificación del patrimonio familiar, mantener la propiedad de la empresa en manos de la familia y continuar el legado del fundador.
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