Hoy quiero dedicarle este artículo a un cliente y amigo que ha representado para mí una fuente de inspiración por su ejemplo de emprendimiento, fortaleza, éxito empresarial, extraordinaria relación de familia y, por encima de todo, grandes valores.
Hablo de Ernesto Passi, con quien hace un par de años empecé un proyecto de Gobierno Corporativo, cuyo objetivo fue elaborar el protocolo de familia, definir los órganos de gobierno (Consejo de Familia y Consejo de Administración) y preparar el plan de sucesión, aunque no se contemplara su implementación en una primera etapa.
Ernesto y su esposa Adriana tienen 4 hijos; dos trabajan en la empresa familiar y dos tienen conjuntamente una empresa exitosa. El proyecto contemplaba el trabajo de toda la familia.
La receta de un protocolo de familia contiene los siguientes ingredientes: una gran dosis de comunicación, dotes de negociación y un total compromiso con las decisiones que se toman que constituyen las reglas de la familia, la empresa y la propiedad. Cuando la receta está balanceada se puede vaticinar el éxito del protocolo desde el inicio del proceso, y eso fue lo que sucedió con la familia Passi, tuvieron excelente comunicación acompañada de una muy buena ración de humor, capacidad para negociar (a pesar de existir puntos de vista diferentes) y compromiso a cabalidad. Esto nos permitió tocar todo tipo de temas, algunos álgidos, y llegar a acuerdos.
Recuerdo cuando le pedí a Ernesto que escribiera y presentara su legado a la familia… se quedó mirándome como si hablara en un idioma que no comprendiera y me dijo “José, ayúdame, dame ideas, cuéntame qué han hecho otros clientes”. Para su sorpresa y consternación le conté sobre un cliente que escribió 20 hojas de legado (creo que se le fue el color de la cara) y con lo único que pude ayudarle fue decirle “Ernesto: abre tu corazón. Háblale a tus hijos con amor y diles qué esperas de ellos en el momento que tú ya no estés”. No hubo que “soplarle” la respuesta, su legado es una reflexión de la vida como él la ve y la ha vivido dejando un mensaje claro, auténtico y basado en los valores que junto con Adriana han inculcado en sus hijos.
Continuamos el protocolo con paso firme y constante. Con gran responsabilidad abordamos temas de contingencia, riesgo, terceras generaciones (que aún no han nacido), matrimonios, divorcios, venta de acciones, dividendos, beneficios de familia, entre otros propios de la empresa, y, por supuesto, “el coco” de las empresas familiares: el conflicto. Como sucede en la gran mayoría de los casos, muchos de estos temas nunca habían sido parte del análisis de la familia Passi, por lo que fue muy meritorio el aceptar cada tema y cada resolución con gran responsabilidad, sabedores de un marco de referencia para atender cualquier tema presente y futuro que se manifieste.
El protocolo implica trabajar en equipo, por lo tanto, las tareas que les encomendaba se realizaron con la colaboración de toda la familia. ¡Los resultados fueron excepcionales! También, como parte del proceso hubo una serie de reuniones exclusivas con Ernesto para hablar de la sucesión operativa en primer plano y de la sucesión patrimonial posteriormente. El resultado fue el documento o protocolo que administrará uno de sus hijos, quien será el responsable de atender los pendientes, compromisos, tareas y objetivos a cumplir, contenidos en el mismo.
El tema de la sucesión, tanto operativa como patrimonial, conlleva un cúmulo de emociones y no estamos acostumbrados a hablar de eso, solamente pensar en ello nos provoca que nuestro cerebro empiece a formular situaciones desagradables… ¿qué pasa si…? Y, aunque Ernesto mencionó varias veces que nunca había pensado en la sucesión, venía bastante preparado para contestar las preguntas que le hacía y exponer sus dudas, que eran bastantes y se necesitaban aclarar.
Comentamos situaciones que podrían afectar a la familia y a la empresa si ocurriese una contingencia, y ahí, Ernesto fue muy preciso al enumerar las acciones que la familia tendría que tomar en dado caso:
- Nombrar al CFO director general interino; lo primordial es asegurar, por sobre todas las cosas, las finanzas de la empresa.
- El Consejo de Administración contratará a un director general permanente ya que la familia no está lista para ocupar el puesto. “Pero no hay Consejo, Ernesto”, le aclaré y su respuesta fue contundente… “habrá”.
- Adriana quedaría como accionista mayoritaria.
- Los hijos, los directores no familiares y el Consejo de Administración deberán participar en el proceso de sucesión.
El plan de sucesión fue presentado a la familia Passi y aprobado por unanimidad. Esta decisión creó un clima de tranquilidad en Ernesto y en la familia.
En relación con el Consejo, un par de meses después estábamos trabajando en su conformación, responsabilidades, cargos y grado de autoridad que tendría, y no tardó en llegar el primer candidato a ser consejero… ¿qué hacemos con él? ¿Por dónde empezamos? Preguntó Ernesto. El comienzo de la entrevista fue un tanto informal, pero conforme se iba desarrollando nos dimos cuenta de que una persona con las características de Julián sería de gran utilidad para nuestros primeros pasos.
Llegó la primera junta de Consejo y con ello empezamos a ordenar y a clasificar la información, aprendimos unos de otros, fluyeron las preguntas y las respuestas y contamos con la guía asertiva de Julián; finalmente, pudimos decir: ya tenemos Consejo.
Después de Julián llegaron Javier, Cristina, Enrique, Mariana y José, ¡qué rápido formamos el Consejo de Administración de Industrias Passi! Y ¡qué rápido se empezaron a tomar grandes decisiones!
En paralelo, Ernesto y yo trabajamos en la sucesión patrimonial, ¿cuándo hacerla? ¿Cómo hacerla? ¿Qué instrumento utilizarían Ernesto y Adriana para transmitir las acciones? ¿La distribución sería pareja tanto para los que están adentro trabajando como para los que están afuera? ¿Cómo incentivamos a los directores familiares a generar utilidades en beneficio de toda la familia? ¿Esta sucesión garantizará la continuidad y trascendencia de la empresa? Estas y otras preguntas inquietaban a Ernesto, no sé si le quitaban el sueño, pero definitivamente lo inquietaban. Cuando ya no había más por preguntar y, aparentemente, ya se tenían todas las respuestas, salió humo blanco… la sucesión patrimonial ya estaba sobre la mesa.
La comunicación que hubo entre Ernesto y yo, fue permanente. Mails iban y venían, whatsapp’s iban y venían y, por supuesto, llamadas telefónicas en todo momento. El acompañamiento a Ernesto fue total y necesario para poder llegar a este momento.
La historia no termina aquí… Ernesto, en una de las juntas de Consejo, nos cambió la jugada. Ahora quería, repentinamente, retirarse de la operación y ser presidente del Consejo de Administración. Esto no estaba previsto en el proyecto, habíamos hablado de que el proceso podría durar de 3 a 5 años y, de repente, ¡oh sorpresa! Tendremos sucesión.
El Consejo de Administración tomó las riendas, se creó el comité de sucesión y todos nos pusimos a trabajar. Se contrató a un reconocido Head Hunter y conforme descartábamos candidatos llegaban nuevos. Las entrevistas continuaban y los exámenes nos indicaban qué tan lejos o cerca estábamos en el proceso. Finalmente, en 6 meses teníamos un candidato elegido por unanimidad y, lo más importante, aceptado por Ernesto, Adriana y la familia.
Estamos en marzo de 2021, Industrias Passi tiene un Consejo de Administración robusto, proactivo, estratégico y profesional que ve por el rumbo de la empresa. La familia Passi tiene un protocolo de familia que contiene el Plan Estratégico Familiar para la primera, segunda y tercera generación.
Siempre, los buenos proyectos terminan pronto o, por lo menos, eso parece. Este fue de esos: todo lo que había que decidir, se decidió; todo lo que había que hacer, se hizo; todo lo que había que planear y llevar a cabo, se implementó. Todo con conciencia, compromiso y guiados por un objetivo común “Industrias Passi”. Este proyecto contiene todas las condiciones necesarias para asegurar la continuidad y trascendencia de la empresa y, por supuesto, de la familia.
No sé si alguien en su sano juicio pensó que llegaríamos a tanto en tan poco tiempo, pero se logró.
Después de este recorrido en el tiempo y de haber convivido tantos y tantos momentos de arduo trabajo, dudas, inquietudes, intercambio de ideas y alegrías (muchas alegrías) con la familia Passi quiero hacer un reconocimiento a Ernesto, pilar indiscutible de este proyecto tan maravilloso:
Mi respeto y agradecimiento por la confianza otorgada, me siento parte de la familia Passi… ¡HONOR A QUIEN HONOR MERECE!
¡Muchas gracias por esta gran oportunidad y mucho éxito para todo lo que viene!