A todos nos duele algo. Me atrevo a decir que a muchos de nosotros siempre nos duele algo; la cabeza, el estómago, las piernas y a veces el alma. Esto nos molesta, irrita y no podemos rendir lo que quisiéramos.

Pero, no hablaremos hoy de esos dolores. Hablaremos de los dolores en la empresa familiar. Dolores complicados que nos quitan el sueño, el hambre, la concentración, las ganas de hacer cosas, con el riesgo de que algunos dolores nos lleven a los malos resultados.

¿Cuáles son algunos de esos dolores que tanto nos afectan? 

La mala comunicación, la falta de entendimiento y escucha, las batallas del poder, las manifestaciones del ego, las discusiones interminables con nuestros hijos, padres, pares, etc., la falta de compromiso, la no rendición de cuentas y otros muchos. Podríamos, incluso, hacer un listado interminable de “dolores familiares y empresariales” pero, esa no es la idea. Lo que queremos es saber cómo curarlos.

Para ello tomemos el caso de León, empresario exitoso durante más de 40 años que hoy enfrenta uno de los dolores más graves y difíciles de curar: la sucesión.

León está felizmente casado con Laura y ha procreado con ella 3 hijos: León, Ignacio y Laura. Por circunstancias de la vida, donde podríamos o no involucrar a León en la decisión, ninguno de los hijos se preparó para acompañarlo en su sueño…tener una empresa global, rentable y referente en el mercado. 

León hijo estudió arquitectura y tiene su propia empresa. Ignacio vende arte y tiene un master en arte medieval y Laura hija ejerce como bióloga, se dedica a la investigación. Todos conocen perfectamente la empresa y han recibido grandes beneficios de esta pero no la encuentran atractiva ni cercana, ahí está el papá.

Sin embargo, León  está próximo a los 80 años, la pandemia, la situación económica, la inseguridad y la falta de demanda de sus productos, lo han cansado. Cuando hablo con él siento ese cansancio. Y ese dolor no es solamente cansancio, es frustración, es soledad. De repente se encontró que no tiene con quien hablar de sus dolores.

León me contactó y elaboramos un plan de sucesión. Mi primera pregunta fue ¿quién participará en el proyecto? La respuesta fue impresionadamente rápida: mi esposa e hijos.  

Y aquí nos topamos con el primer problema: la familia nunca se ha interesado por la empresa y ¿ahora quieres que participen en la sucesión? ¿los quieres dentro de la empresa? ¿alguno podrá ser tu sucesor?

Las preguntas empiezan a salir de mi boca pero solamente encuentro respuestas vagas e incompletas. ¿Cómo es que un empresario seguro de sí mismo, reconocido en el medio, que ha realizado el sueño que tuvo hace más de 40 años  y que maneja su empresa “con los ojos cerrados”, se queda sin respuestas cuando hablamos de la sucesión?

¿Cuáles son algunos dolores que aquejan a León? 

1) la mala comunicación con sus hijos, 2) la incertidumbre de que sus hijos no quieran participar en el proyecto, 3) la falta de paciencia que le tiene a su familia cuando se tocan temas de empresa, 4) que ninguno de sus hijos pueda sucederlo en la empresa, 5) lo que le podría pasar a la empresa si mañana no está él.

León, como muchos papás, como muchos empresarios, no tiene un lenguaje común con sus hijos. Le es muy difícil encontrar un terreno común con ellos donde ambas partes se encuentren “cómodas” para llegar a un entendimiento y buscar conjuntamente la cura a esos dolores.

Las sesiones se van llevando a cabo y el progreso es muy lento. Trabajar con perspectivas diferentes es muy complicado. Cuando no sabemos con exactitud qué queremos es muy complicado. 

Hay que reconocer que los 3 hijos quieren participar. Quieren aportar su granito de arena para convertir el dolor de su papá en alegría, les duele verlo débil, incluso derrotado; saben que la empresa lo es todo para su papá y están dispuestos a un compromiso para juntos sacar a la empresa adelante. Es éste el contexto en el que nos encontramos. Hace unos meses fue la primera sesión del Consejo de Familia. Hubo una gran preparación…encontrar el lugar adecuado, elaborar la orden del día, definir la logística, etc. Los 5 asistieron, los 5 participaron aunque poco se adelantó en este primer momento.

Llegaron las preguntas de los hijos y con estas las respuestas evasivas de León. Llegó la petición de información y esta llegó incompleta. Llegó el momento de definir los siguientes pasos y ahí dejamos de caminar. ¿Por qué todos nuestros dolores salen a flote en el momento en que menos lo deseamos? ¿A quién apelamos para curarlos?

En las relaciones personales, en los temas de familia y de empresa debemos no solamente descubrir cuál es la cura sino implementarla. León quiere trabajar en su comunicación con su familia, ejercer el músculo de la escucha, terminar con los mensajes rebuscados y hablarles del corazón. Los hijos quieren hacer su parte, ejercer la empatía, la solidaridad y ver a su padre directamente a los ojos para demostrarle el apoyo que éste necesita.

Pero para ninguno de ellos será fácil hacerlo sin un apoyo externo. La carga emocional es alta y la comunicación frecuentemente se ve afectada por esto.

Así que pusimos en marcha un plan y trabajamos de la mano con León y sus hijos para ayudarles a lograr lo que quieren. Desarrollaron nuevas habilidades y lo lograron.

Gracias al buen trabajo llevado a cabo por la familia hoy algunos dolores han desaparecido. Hay que reconocer que una de las decisiones más importantes ha llegado, el próximo director general no será de la familia. Se contratará a un profesional externo para comandar la nave. 

Esta decisión se tomó por unanimidad, todos respiraron, todos sonreían. Ha sido un gran paso pero, el trabajo no termina ahí. Ahora nos tenemos que poner de acuerdo en cómo estructurar un Consejo de Administración en el que participarán los 5. Sobra decir que el presidente del Consejo será León, que emoción le ha dado esto. Se veían llegar algunas lágrimas de todos. El dolor está dejando paso al placer.

Los dolores de cabeza, generalmente, se curan tomando una pastilla. Los dolores en la empresa familiar, generalmente, se curan alrededor de una mesa con café, galletas y refrescos pero; más que eso con mucho amor, armonía, unión, empatía, buena comunicación y mucha mucha escucha de todos. Esta es la cura para nuestros dolores.

La historia de León y sus hijos es un ejemplo de lo que es posible cuando encuentras apoyo en alguien externo que te ofrece un método probado y trabaja de cerca contigo en el proceso para alcanzar tus metas.

Esto es posible también para ti. Imagina qué alivio sentirás cuando tengas un plan que puedas implementar para estar tranquilo. Podrás dedicarte a lo que más quieres. Tus relaciones mejorarán.

Dejarás atrás las preocupaciones que hoy tanto te inquietan. Erradicarás de tu familia y de tu empresa los dolores que te aquejan.

En Consultores OC te escuchamos, nos preocupamos, ocupamos y te ayudamos a concientizar los dolores que te aquejan. Con una metodología diseñada especialmente para ti, te acompañamos a detectar esos dolores, buscar las soluciones y erradicarlos de tu familia y empresa. Contáctanos.

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