Reflexión en los tiempos del Coronavirus: El mundo hoy es diferente. Nuestro país y nuestra sociedad también son diferentes.
Hemos sido atacados por un virus que se ha introducido no solamente en nuestros cuerpos sino también en nuestras mentes. Escuchamos Coronavirus, leemos Coronavirus, hablamos Coronavirus y pensamos Coronavirus.
Estamos conectados al virus 24 horas al día. Nos interesa y preocupa lo que pasa en Italia, España, Inglaterra, Estados Unidos, entre otros, y por supuesto México. Hemos sido enclaustrados por un virus y nuestra existencia ha cambiado, éste ha desquiciado nuestras rutinas personales, nuestra vida. El COVID-19 nos ha sorprendido, no estábamos preparados para ello y todavía no sabemos como se gestiona esta crisis. Nunca nos había sucedido nada igual.
Además, como todos Uds. saben, las implicaciones no son solo de salud pública sino también económicas. Esta crisis definitivamente afectará nuestras finanzas personales, las de nuestra familia, las de nuestras empresas y las de nuestros colaboradores. Ante esta situación, este es un buen momento para reflexionar.
Debemos reflexionar acerca de nuestra familia y empresa y todos lo que nos rodean. ¿Hay afectados dentro de nuestro círculo cercano? ¿Cómo podemos ayudar? ¿Cómo manejaremos los diferentes riesgos a los que nos estamos enfrentando? ¿Tendremos los recursos suficientes para ello? ¿Qué estará pasando por la mente de nuestros hijos y nietos en estos momentos? ¿Cuándo regresaremos a la normalidad y que tipo de “normalidad” será ésa?
Todas estas preguntas, y muchas más, requieren de respuestas ¿y cómo las obtendremos? Comunicándonos. No hemos perdido esa capacidad. Utilicémosla comunicándonos con nuestros hijos, nietos, familiares, amigos, colegas y también con nuestros trabajadores. Todo ello con el objeto de conocer cómo están, qué hacen, cómo la están pasando. Tratar de calmarlos, ayudarlos a manejar la ansiedad, presión, miedos e incertidumbre. Las emociones están a flor de piel. Debemos transmitir confianza y crear conciencia de que todos estamos en el mismo barco.
Debemos tener contacto estrecho con la familia a pesar de la cuarentena. Debemos, pese a las limitaciones, actuar. Es el momento de estar todos unidos, alineados a un mismo objetivo. Debemos identificar quién tomará el liderazgo durante la crisis y apoyarlo cabalmente; debemos dar el ejemplo. Podemos, en la era de la tecnología, simular una sala de juntas y discutir, analizar y decidir qué hacer para ayudar a la familia, a la empresa y a la colectividad en general.
Sabemos que la cadena de suministros se cortará, algunos clientes dejarán de pagar, tenemos que apoyar a nuestro personal a que sean menos propensos al contagio y a las consecuencias económicas del mismo, el flujo de efectivo se presionará; debemos analizar qué tanto estamos expuestos.
Mientras no entendamos qué está pasando y cómo nos está afectando, no podremos definir diferentes escenarios y estrategias para planear, actuar y reaccionar tanto al interior de la familia como hacia el mundo exterior. No podemos permanecer estáticos, pasivos y solamente dejar que la corriente nos lleve a quién sabe donde. Debemos actuar.
En una empresa familiar éste es el momento del Consejo de Familia. Éste debe ser convocado inmediatamente para atender todos aquellos temas que como familia y empresa nos interesan y preocupan. El Consejo de Familia debe, entre otras situaciones, analizar si alguno de los sistemas: familia, empresa y propiedad “está enfermo”, y qué medidas tomar para “curarlo”, juntar a la familia, resolver aquellos conflictos que ante la crisis actual no tienen ninguna justificación, establecer prioridades en el manejo de las finanzas, suspender, de ser necesario, el reparto de dividendos, etc. Debemos, ante todo, tratar de mantener nuestras finanzas sanas.
Pero así como las crisis traen dificultades, problemáticas, inconvenientes y obstáculos, también trae oportunidades y ahí deberíamos analizar y preguntarnos ¿qué oportunidades nos ofrece esta crisis?
El Coronavirus nos ha dejado claro una cosa: “nos tenemos que adaptar a una nueva realidad”. Es el momento de demostrar nuestra capacidad de resiliencia. Tenemos que hacerlo juntos, unidos. Es un gran reto y lo lograremos. Reflexión en los tiempos del Coronavirus.