Una historia detrás de la frustración

Desde que era pasante, Martín trabajó en un reconocido bufete de abogados. Empezó desde abajo sacando copias, armando expedientes y acompañando a su jefe en algunos “litigios pequeños”. Desde sus primeros meses en la universidad, Martín demostró gran pasión por la abogacía misma que se reflejó en sus calificaciones y su ingreso al reconocido bufete.

Martín está en la oficina con su papá ilusionado porque acaba de escuchar la frase que más esperaba: “Aquí no serás empleado de nadie…será tu empresa”.

Su papá acababa de invitarlo a trabajar en la empresa familiar.

Desde que era pasante, Martín trabajó en un reconocido bufete de abogados. Empezó desde abajo sacando copias, armando expedientes y acompañando a su jefe en algunos “litigios pequeños”. Desde sus primeros meses en la universidad, Martín demostró gran pasión por la abogacía misma que se reflejó en sus calificaciones y su ingreso al reconocido bufete.

Fue por eso por lo que su padre, al conocer el tipo y calidad de trabajo que realizaba Martín, lo invitó a la empresa; “aquí no serás empleado de nadie…será tu empresa”.

Esta frase encantadora tiene múltiples trampas. Si bien es cierto que “eventualmente será tu empresa”, esto no llegará mañana y tendrás, al igual que en el bufete, “picar piedra” hasta llegar a donde tu sueñas.

Martín aceptó la propuesta del papá. Hablaron de sueldo más no de responsabilidades; “harás de todo para que aprendas”, enfatizó Roberto, su padre. El tiempo ha pasado y el paso de Martín por la empresa familiar no ha sido nada gratificante;  de hecho ha sido muy frustrante. Ha realizado durante algunos años tareas que el papá le ha ido delegando para que la carga de este disminuya y pueda salir más tiempo de vacaciones.

Durante el trabajo que he venido haciendo como consultor he constatado la gran frustración que siente Martín al realizar el trabajo que su papá le ha encomendado. Alguien hubiera pensado que podría contribuir, con base a su profesión, a negociar con proveedores, revisar todo el tema contractual de la empresa, dedicarse a atender el cumplimiento regulatorio al que la empresa está sujeta y otras tareas más en las que Martín hubiera podido desenvolverse, ser feliz y generar valor a la empresa.

Sin embargo, eso no sucede. Su mirada es triste, evasiva, poco interviene en las pláticas que tenemos y me da la impresión de que quisiera correr y salir de ahí a “vivir su vida”. Lamentablemente la realidad se ha impuesto y Martín está en espera de que algún día todo esto cambie para bien.

En las empresas familiares, la historia de Martín se repite día tras día. Hijos frustrados dentro de las empresa e hijos que viendo eso se resisten a entrar a trabajar con el papá al no tener reglas claras de entendimiento que les permitan tanto a hijos como a padres negociar sus “líneas rojas” y que accedan a ceder en sus posiciones para beneficio de ambos.

Regresando con Martín, tuve la fortuna, por azares del destino, comentar algún contrato que su papá tenía que firmar. No se pueden imaginar la transformación que en ese momento se llevó a cabo en el rostro, la voz, el lenguaje corporal y la determinación de Martín para atender y resolver ese tema. La vida le cambio por unos cuantos minutos. Después de ese momento su vida regresó a las sumas y restas, juntar comprobantes y “cuadrar las cajas”.

El tamaño del desencanto fue enorme.

Esta historia nos lleva a reflexionar el papel del papá que sigue obstinado pensando que “las cosas se deben hacer como él dice” sin aceptar que Martín no nació para hacer sumas y restas, nació para proteger a su papá, familia y empresa en las negociaciones con proveedores, relaciones con el personal, tratos con el gobierno y,  en general, todo lo que tiene que ver con el tema de “Compliance”. Temas muy importantes no solo a nivel empresa sino también familia.

También nos muestra el “largo y sinuoso camino” que los jóvenes tienen que recorrer para llegar al lugar en la organización donde se sentirán realizados, contentos y generarán, con gran pasión, beneficios a la empresa; si esto no se da su salida de esta está muy muy cerca.

Martín enfrenta una gran disyuntiva: permanecer en la empresa siendo infeliz o volar y buscar retos que le den sentido a su vida profesional, aunque sea al margen de la empresa que su papá creó.

Sin embargo, la historia puede tener otro final: que su padre acceda a darle a Martín libertad, dentro de un marco de absoluta confianza, apoyo y entendimiento mutuo, para desarrollar proyectos de innovación, asignándole, también, tareas que impliquen un reto, que despierten en Martín esa pasión escondida que saldrá a la luz cuando vea que su trabajo empieza a tener sentido.

El proceso de acercamiento entre ambos no será fácil, pero se necesitan. Para papá, será una tranquilidad saber que Martín estará a su lado para apoyarlo, acompañarlo e introducirlo a ese mundo digital al que tanto le teme y para Martín la alegría de poder estar al lado de su padre en el momento en que lo necesite.

Finalmente los jóvenes que hoy no quieren vivir la vida como su padre se las dibuja, ¿Qué expectativa pueden tener de “su empresa familiar”?

Como consultor de empresas familiares creo que es muy importante generar los espacios para que padres e hijos puedan convivir, crear y crecer juntos, dentro de un marco llamado LEGADO.

Sé que esto no es fácil. Toca fibras personales y empresariales. Pero también sé que es lo correcto para todos. Y si lo hacemos bien, todos podrán dormir más tranquilos sabiendo que lo que construyeron no termina con los padres, sino que se transforma, crece y trasciende con los hijos.

Mensaje para un padre fundador:

“Querido amigo, acércate a tus hijos, habla con ellos, escúchalos y entiéndelos. Podrás estar en algunos momentos en desacuerdo, pero escúchalos. El mundo está cambiando día a día y necesitamos a las nuevas generaciones para que vayan al ritmo que la vida nos está exigiendo. Incúlcales tus valores y principios que te han guiado toda tu vida para que se les sirva a ellos y los proteja en su andar. Hazlo ahora.

Mensaje para los hijos

Queridos jóvenes. No se pueden imaginar la alegría de un padre al ver caminar a sus hijos más rápido que él y voltear y preguntarle “se te ofrece algo, pá ¿vas bien?” Sabemos que eso es motivo de orgullo, pero también una gran responsabilidad.  En nuestros padres encontraremos grandes enseñanzas, experiencias, historias, conocimientos y compromiso. Todo está a nuestro alcance. Tenemos que trabajar para recibirlo y la fórmula es “hombro a hombro…paso a paso” Así se construyen las dinastías. Aprovechen el momento.

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